15 de Mayo 2015
Planeación
PROYECTO:
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Despedida
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FECHA:
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15 de Mayo 2015
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DURACIÓN:
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3 Horas
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OBJETIVO:
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Despedirnos de los niños y dejar una buena imagen y recuerdo al final
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ESTUDIANTES ENCARGADOS
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Marcela Perez, Luciana Villa y Laura Pulido
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INSTRUCCIONES PARA LA REALIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD
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Llevaremos bombas y una torta para celebrar todo el proceso que hemos hecho y para hacer la despedida de estos niños inolvidable y que se diviertan al mismo tiempo.
Con las bombas les daremos la libertad de hacer lo que ellos quieran para que se sientan más cómodos y disfruten más.
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Tiempo
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Actividad
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INICIO:
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1 Hora
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Presentar la actividad y animarlo
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DESARROLLO:
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1 Hora
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Juego con las bombas
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CIERRE y FINAL:
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1 Hora
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Partir la torta y despedirnos
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MATERIALES:
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Bombas, Torta y salón de juegos
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Reflexión
Esta era la última visita y teníamos claro que queríamos dejar una muy buena imagen en cada uno de los niños con los que pudimos compartir. Decidimos entonces para esta fecha comprar bombas, ya que las veces que habíamos llevado los niños se habían divertido demasiado. Aparte de esto también compramos una torta como regalo de despedida.
Esta salida la desarrollamos en una fecha aparte a la propuesta por el colegio, pues el día programado la mayoría de nosotras no estaba disponible. Fuimos entonces un día en el que realmente no teníamos colegio, pero nos motivamos a levantarnos temprano y coger el metro porque era la última vez que íbamos a ver a los niños, al menos como parte del programa CAS del colegio.
Al llegar a la fundación, todo fue como antes, como en todas las salidas. Nos recibieron con mucha amabilidad y los niños se animaron al vernos. Desde el principio, yo y mis compañeras estábamos tristes por ser la última vez, pero al llegar y ver los niños inmediatamente la cara cambia a felicidad.
En esta salida desarrollamos las actividades como estaban planeadas: jugamos con las bombas mientras poníamos música y hablábamos con los niños, ellos también sacaron más juguetes, nos reímos y disfrutamos. La torta no la pudimos partir con los niños pues ya se aproximaba la hora de almuerzo y se descuadraba el horario de comidas, pero nos prometieron que se las darían al algo.
Aunque las actividades parezcan sencillas, nosotras y los niños disfrutamos mucho. Esa felicidad en la cara de los niños al jugar con bombas es pegajosa, y se nos pega a nosotras también. Es increíble lo agradable que fue el ambiente, ningún niño tenía mal genio o estaba con mala actitud, todos estaban, cantando, bailando y jugando.
Al principio del diploma IB siempre me imaginé que el día en que finalizara CAS iba a ser de los mejores. "Un peso menos de encima", pensaba siempre. Pero la verdad me dí cuenta de que realizar las visitas esporádicas a la fundación no era ningún peso extra, era un nuevo aprendizaje desde el momento en que salíamos hacia la institución y cada cosa que hacemos en esta. Uno no es consciente de todo lo que puede aprender con niños, que en su mayoría han sufrido pero esperan una vida mejor en la institución. Los niños contagian de alegría, de buena energía, cariño, dulzura, son muy especiales y abiertos a nuevas personas como nosotros. Los valores que les inculcan en la institución son muy buenos, y estoy segura de que si siguen por ese buen camino, cada niño que conocí tiene la oportunidad de tener un gran futuro en compañía de familias que les pueden dar mejores condiciones de vida, las que se merecen. Esta experiencia en CAS me enseñó el valor de la paciencia, las cosas simples de la vida que parecen insignificantes, y a apreciar todo lo que tengo. Abre los ojos ante una realidad que muchas veces no queremos ni siquiera llegar a conocer. Esta es la realidad en Medellín, en Colombia, para miles de niños, que más bien son afortunados en comparación de otros que viven en condiciones inhumanas, explotados y sufriendo sin poder vivir sus primeros años de vida como se debe.





























